DE MENDIGO A MILLONARIO

CAP XIII


Las cosas no le estaban saliendo tan bien que digamos a nuestro par de protagonistas. Nos referimos a los hermanitos gemelos raza pastor alemán, que habían separado al nacer y que por esas cosas locas de la vida, habían terminado accidentalmente intercambiando sus estilos de vida cinco años después.

Por un lado Yorsua, el perro sifrino que ahora se hacía pasar por Pelusa, le había tocado adaptarse a un duro ambiente lleno de violencia, ya no disfrutaba de las comodidades con las que contaba antes y de la noche a la mañana pasó a tener una numerosa familia de la cual no reconocía a nadie.

A esta hora lo encontramos caminando por el centro de la ciudad junto a sus secuaces, rumbo a la carnicería de Cheo Virolo, como es costumbre se disponen a buscar una buena ración de pellejos que siempre les tienen guardada para el almuerzo. A Yorsua, el supuesto Pelusa, se le ve pensativo, ensimismado, meditabundo, aunque sus compañeros lo han notado no dicen nada, solo se mantienen a su lado.

YORSUA: (Pensando) “Definitivamente ya no la estoy pasando tan bien… Esto de haberme vuelto malandro me ha servido como una extraordinaria experiencia de vida… Aprendí a buscar mi propio alimento… Ya no dependo de nadie… Ya no estoy atrapado en cuatro paredes… Y ya el agua de lluvia no me da salpullido… Eso está muy bien… Pero por otro lado sufro… Sufro demasiado… La comida últimamente me ha caído mal… Tal vez no fue muy buena idea meternos a comer en esos contenedores que decían PDVAL… Y esa señora de nombre Muñeca, hostigándome para que le resuelva su situación y la de sus cachorros… Cónchale Diosito… Daría lo que fuera por volver y mi antiguo estilo de vida… ¿Dónde estarán mis nobles amos?... Don Nito y Doña Respingada… Tan bien que me trataban.

Pobre Yorsua, por lo visto sufre más que los fanáticos de los Leones, es momento de dejarlo por un instante y traslademos nuestra atención hasta donde se encuentran, precisamente Don Nito Eslava y Doña Respingada de Eslava, la pareja de esposos multimillonarios, que a esta hora buscan en su camioneta a Yorsua, que en realidad es Pelusa, haciéndose pasar por este.

Después de salir de las instalaciones del Country Club, la familia Eslava transita tranquilamente por las avenidas de la ciudad, van abordo de su vehículo especial para cargar al perro, nos referimos a una Pick Up, en cuya tolva viaja amarrado Pelusa.

DOÑA RESPINGADA: “Nito, querido esposo mío… Sigo muy preocupada por el pobre Yorsua… Matías, el señor de vigilancia del Country, me comento que el perro se había desmayado así no más… Algo raro le ha estado pasando últimamente

DON NITO: “Tienes razón Respingada… Al principio pensé que eran ideas tuyas… Pero ahora que me dices lo del desmayo y su extraña conducta de los últimos días… Me hacen pensar que pueda estar enfermo

DOÑA RESPINGADA: “Pero debe ser una enfermedad bien extraña… Anoche se me acercó batiendo la colita… Se vino hacia mí todo sumiso… Como si estuviese buscando cariño… Cual sería mi sorpresa, cuando se me encaramó encima de mi pierna derecha y empezó a sacudirse como si tuviese Mal de Parkinson… OH… Que horror…"

Efectivamente, en la tolva de la camioneta iba sentado con cara de pocos amigos el susodicho, Pelusa. Su mirada se perdía en el horizonte de aquella larga avenida, venía pensando, meditando, sacando importantes conclusiones.

PELUSA: (Pensando) “Definitivamente ya no la estoy pasando tan bien… Esto de haberme vuelto un burguesito me ha servido como una extraordinaria experiencia de vida… Disfruto mucho mis baños diarios en la piscina… La comida es suculenta… Me caen bien mis nuevos amigos del Country… Y lo mejor son esos cortes de pelo y peinados que me hacen en Perro Gato… Eso está muy bien… Pero por otro lado sufro… Sufro demasiado… No puedo hacer nada si mis amos no lo autorizan… Es como ser gobernador oficialista… Antes era el líder de un grupo de similares… Ahora soy uno más en el grupo del Country… Y lo peor… Antes cuando se me antojaba, me convertía en papá en un abrir y cerrar de ojos… Ahora podría morir célibe si a mis amos no les da la gana de buscarme una parejita… Cónchale Diosito… Daría lo que fuera por volver y mi antiguo estilo de vida… ¿Dónde estarán mis nobles amigos?

Pobre Pelusa, tampoco la tiene tan fácil que digamos, ahí le vemos comiéndose las pesuñas mientras piensa, echa números y saca cuentas.

En ese preciso instante, el grupo de perros cacri que lidera Yorsua, caminan impúdicamente por plena Av. 2, metros antes de llegar al Viaducto Campoelías. Como siempre, al frente va su líder máximo Yorsua Molto von Berger Swahsteiger Primero, mejor conocido como Yorsua.

YORSUA: “Muchachos… Muchachos por favor, presten atención… ¿Están seguros que en las carruchas de la Avenida las Américas nos van a dejar lanzar?

Yorsua no pudo terminar su exposición, su agudo oído y su sexto sentido le encendieron las alarmas cuando escuchó el sonido muy particular de un vehículo que acaba de pasar por el Viaducto.

Ese sonido… ¿Dónde lo había oído antes?... Al mirar a la distancia, pudo ver que el ruido de ese carro pertenecía a una Pick Up azul metalizado donde él se había montado antes… Y si… Era esa Pick Up, la de sus antiguos amos, ahí estaban, esperando la luz verde del semáforo para arrancar y atrás en la tolva iba él… Pelusa, el verdadero perro malandro que había adoptado su identidad…

Sin perder tiempo, Yorsua dejó todo lo que estaba haciendo y arrancó a correr detrás de esa camioneta.