LLEVO LA PEGADA

CAP III


Sonaba el timbre del Colegio San Tiro Fijo y con él culminaba la jornada académica por el día de hoy, era casi la una de la tarde y los muchachos se retiraban a sus hogares para almorzar. Atrás quedaba el bullicio propio del colegio, casi arrastrando sus pasos nos encontramos a Esquilachi Ramírez, el muchacho se ve algo cansado, va rumbo a su casa y lleva la lengua de corbata. El calor a esa hora del mediodía es realmente hereje y la distancia a recorrer se hace casi interminable.

Justo cuando Esquilachi dobla en la esquina que le daría acceso a la avenida principal de la urbanización donde este habita, una imagen espeluznante le heló toda la sangre de su cuerpo.

Detrás de una imponente mata de mango emerge la figura de tres sujetos a los cuales reconoce muy bien, son tres estudiantes de su colegio, no son precisamente los tres mejores estudiantes, se trata del malvado Ramón Mamón, acompañado de Lenin Chiquicuqui y el temido Walid Al Bajadmamad, este último un muchacho repitiente crónico, de descendencia árabe, ya tenía 27 años y aún cursaba quinto año de bachillerato, se rumoraba que Walid, o el turco, como también se le conocía, había formado parte de Al Qaeda, la horripilante organización terrorista que tumbaron la Torres Gemelas

RAMÓN MAMON: “Vaya, vaya, vaya… Miren a quien tenemos por aquí… El popular Esquilachi Ramírez… El mismo que el año pasado le cayó a latazos impúdicamente a mi novia después de aquel partido de la final… El mismo que se robó el show tapando los penaltis… Y al que todo el mundo atribuye el título de campeonato… Pppppfffff… En pocas palabras… La pepa del queso

ESQUILACHI: “Hola Ramón… A mi también me alegra verte… Tú sabes muy bien que yo no te quería tumbar tu novia… Pero ella quiso que así pasaran las cosas y bueno chamo… Yo no soy un muñeco… Yo tengo corazón

RAMÓN MAMON: “Ya va Burro con Sueño… ¿Estás insinuando que mi novia es una cualquiera?

WALID: “Arnab Bait Taj Thamar Jaras Habib Rajul Laban

Oh por Dios, ese que gritaba improperios en perfecto árabe era Walid Al Bajadmamad, el muchacho proveniente del Medio Oriente estaba endemoniado, quería comerse vivo al pobre Esquilachi, menos mal que Ramón Mamón y Lenin Chiquicuqui lo contuvieron, si no, el protagonista de era historia hubiese terminado muy mal.

RAMÓN MAMON: “Tranquilo Walid… Tranquilo… Esta culebra es mía… No necesito que nadie intervenga por mí… Mira Esquilachi… Esto te lo voy a decir una sola vez… Por andar de permisivo contigo hasta la arepa me rasguñaste… Eso no va a volver a pasar… Ahora te voy a tener más marcado que a Messi… Voy a vigilar cada movimiento que hagas… ¿Me entendiste?... Cada pasa que des, ahí voy a estar yo con mis dos nuevos amiguitos que son más peligrosos que presidente con habilitante… Camina derechito y por la sombrita Ramírez… Porque hasta en tus sueños voy a estar metido… Mejor dicho, ahora seré tu peor pesadilla

Más Claro no cantaba un gallo, era apenas el primer día de clases de este año y ya Esquilachi estaba más amenazado que finca en el Sur del Lago. Tantos problemas que la estaba trayendo esa chica y solo fue su novia por unas horas.

Al llegar a casa pasó directo a su habitación, su santa madre, Doña Ernestina, no tardó en llamarle para almorzar.

DOÑA ERNESTINA: “Esquilachi, hijito… Baja por favor… Es hora de almorzar

Mientras Esquilachi se preparaba para bajar a almorzar, sus señores padres conversaban sobre un tema que desde hace días les tenía preocupados.

DOÑA ERNESTINA: “Aquilino… No se cual es tu insistencia, tu gran preocupación por la conducta de nuestro hijo… Yo lo veo como un muchacho totalmente normal… Si, es verdad que a veces se pasa de tímido y tal vez exagera un poquito con eso de durar una hora y media bañándose… También a mí me incomoda que vea tanto esos programas mexicanos majunches que pasan por MTV… Pero de resto pienso que nuestro hijo es más normal que una derrota del Estudiantes

AQUILINO: “Si Ernestina, lo que tu argumentas es verdad… Pero no me puedes negar que nuestro hijo ha estado más raro que de costumbre desde que esa muchachita… La catirita… Le partió el corazón en mil pedazos… A mi me preocupa eso, porque es ahí donde los chamos empiezan a inventar… Yo tenía mis esperanzas puestas en esa muchacha chico… Y tácata… De la noche a la mañana se esfumó... Yo insisto… Ese muchacho está actuando extraño

DOÑA ERNESTINA: “Te agradezco Aquilino que dejes de estar diciendo eso de nuestro hijo… El está bien… El está normal… Esquilachi no actúa extraño

No había terminado de hablar Doña Ernestina, cuando se hizo presente el susodicho en la sala del comedor para almorzar, Esquilachi traía unos audífonos puestos y venía cantando mientras bailaba.

ESQUILACHI: “La mano arriba… Cintura sola… Da media vuelta… Danza Kuduro”

Transcurría con normalidad la hora del almuerzo en casa de los Ramírez Paredes, justo cuando Don aquilino iba a tomar la palabra para hablar con su hijo, sonó el teléfono de la casa. (Ring - Ring)

ESQUILACHI: “Yo contesto

Esquilachi se dirigió hasta la mesita de la sala donde estaba el teléfono.
ESQUILACHI: “Aló… Buenas tardes”

ATKINSON: “Que dice el mío… Pendiente de qué… Mira Esquilachi… Ya lo estuve pensando brother

ESQUILACHI
: “¿Qué estuviste pensando?

ATKINSON: “Pero bueno chamo… ¿Tu tienes memoria de bachaco?... Lo que me dijiste hoy… Tú idea… Lo de sacarle plata a mi dentadura… Decidí que si voy echarle pierna al asunto… Necesito la plata brother y no veo más salidas… La única condición es que usted me acompañe Ramírez… Voy a necesitar que me hagan barra