CAP XXXIII
Después de firmar las planillas de rigor y obtener la bendita clave del seguro, por fin le daban de alta a Esquilachi Ramírez. Su familia respiraba aliviada, ya que esto significaba que lo podían llevar de inmediato a su casa.
DON AQUILINO: “Doctora Ampicilina… ¿Entonces sólo debemos darle estas pastillas y con eso se le quita la fulana amnesia esa que nos dijo?”
DOCTORA AMPICILINA: “No señor Ramírez… Ojalá fuera así de sencillo… La amnesia es una afección mental muy compleja… Esquilachi sufrió un fuerte traumatismo… Es cierto que no presenta ninguna lesión de consideración como para dejarlo hospitalizado… Pero ahora debemos enfocarnos en la recuperación total de su memoria… Para ello debe estar en su casa, con la gente que normalmente lo rodea, sus amigos, su pareja sentimental… Todos deben aportar un granito de arena para que él vuelva a la normalidad… Eso si… No lo presionen ni se presionen ustedes… Tal vez este sea un proceso largo y tedioso… Puede ser más tedioso que el proceso revolucionario… Pero en este caso, estoy segura que el nuestro si va a funcionar”
ATKINSON: “Mire doctora… No es que a mi me guste el chisme y no suelo hablar mal de nadie… Pero esa chama Camila no debería estar en el proceso de recuperación de mi pana Esquilachi… Insisto… Yo de verdad no soy un chismoso… Pero ella es la culpable de todo lo que le está pasando a Esquilachi… Si no lo dejaba amnésico lo dejaba loco… Una de dos”
DOCTORA AMPICILINA: “He dicho que cualquier persona importante en la vida de Esquilachi antes de perder la memoria debe participar en su recuperación… Tengo entendido que la señorita Camila era su novia… Así que ella también debe colaborar”
Ya van rumbo a casa, en el vehículo de Don Aquilino Ramírez, padre de Esquilachi, viajan Doña Ernestina, su esposa y el protagonista de esta historia, nos referimos a Esquilachi.
DON AQUILINO: “Esquilachi… Hijo… Ehhhhmmmm… No te vayas angustiar si no recuerdas todo de una vez… Solo relájate y descansa… ¿Si sabes quien soy yo verdad?... ¿Si me reconoces hijo?... Soy tu padre… Aquilino tu papá”
Esquilachi no respondió, estaba absorto mirando a través de la ventanilla del vehículo.
ESQUILACHI: “Una pregunta… ¿Ese es el estadio de fútbol verdad?”
DOÑA ERNESTINA: “Si hijito… Ese es el estadio de fútbol… ¿Por qué?”
ESQUILACHI: “¿Ahí es donde juega el Estudiantes verdad?”
DOÑA ERNESTINA: “¡Claro mi amor!!!... Que bien que lo recuerdas… Efectivamente ahí juega el Estudiantes”
ESQUILACHI: “¿Y van de primeros en la tabla verdad?... ¿Ya están a punto de ser campeones y obtener la tercera estrella verdad?”
Como verán, la memoria de Esquilachi le seguía fallando, a veces recordaba cosas, peor a veces se echaba tremendos pelones.
Mientras trasladaban a Esquilachi hasta su casa, al otro lado de la ciudad, en el digno hogar de los Pomodorata Tardelli, Camila se termina de arreglar para salir lo más pronto posible para ir a colaborar en el tratamiento de Esquilachi, cuando la linda señorita está a punto de salir suena el teléfono de su casa.
CAMILA: “Aló… ¿Si?... Buenos días”
WALID: “Arnab Bait Taj Thamar Jaras Habib Rajul Laban”
CAMILA: “Ah Tito… ¿Cómo estás?”
WALID: “Arnab Bait Taj Thamar Jaras Habib Rajul Laban”
CAMILA: “Si Tito… Te entiendo perfectamente, pero de verdad no creo que pueda verte hoy… Estoy sumamente ocupada”
WALID: “Arnab Bait Taj Thamar Jaras Habib Rajul Laban”
CAMILA: “No Tito… Esquilachi es un amigo… Fue mi novio, es verdad… Pero está pasando por un difícil momento y no voy a dejar de ayudarlo ¿Ok?”
WALID: “Arnab Bait Taj Thamar Jaras Habib Rajul Laban”
Tarde, ya Camila le tiraba prácticamente en sus narices el teléfono al sangri pesado árabe, al lado de este se encontraba el pérfido y maquiavélico Ramón Mamón.
RAMON MAMON: "¿Qué pasó turco?... ¿Qué te dijo Camila?”
WALID: “Arnab Bait Taj Thamar Jaras Habib Rajul Laban”
RAMON MAMON: “Yo sabía… El burro con sueño del Esquilachi se va a valer del platanazo que se dio para recuperar a Camila… Por ende te va a rasguñar la arepa como hizo conmigo el año pasado… Aaaahhhh noooooo… Esto no se queda así… Debemos pensar en algo pero YAAAAA”
Definitivamente estos bichos eran bien malos y sobre todo vengativos. Vamos a dejarlos por un momento y volvamos a casa de los Ramírez Paredes, el muy digno hogar de Esquilachi, a esta hora nos encontramos a Doña Ernestina, su santa madre, tratando de hacerle recordar varias cosas elementales de la vida.
DOÑA ERNESTINA: “Si hijo… Eso es una cadena de radio y televisión… Son casi todos los días… A veces dos o tres veces en el mismo día… Ya estamos acostumbrados y te toca a ti aprender a vivir con eso”
ESQUILACHI: “Mamá… Mamá… ¿Y que hace ese señor en la televisión?... ¿Ya se graduó por fin?”
DOÑA ERNESTINA: “Aaaahhhh él… Si… Se graduó por fin de ingeniero… Se metió en ese partido… Y jalando bastante mecate ahora es diputado”
Así seguía el proceso de recuperación de la memoria de Esquilachi, paso a pasito, poco a poco y con mucha paciencia.
Oh, han tocado el timbre de la casa ¿De quien se tratará?... Vamos averiguarlo, Don Aquilino, padre de Esquilachi está abriendo la puerta en este instante.
DON AQUILINO: “Camila… ¿Cómo estás preciosa?... Pasa, pasa querida… Ya estamos haciéndole las terapias a Esquilachi"
CAMILA: “Gracias Don Aquilino… De verdad tengo miedo por como pueda reaccionar Esquilachi cuando me vea… Tal vez ni me reconozca… No se… Me dan nervios”
No había terminado de hablar la linda Camila Pomodorata cuando una voz en el pasillo la hizo brincar del susto.
ESQUILACHI: “Tuuuu… Tuuuu… ¿Qué haces aquí?”