Y siguen las noticias sobre el matrimonio del Príncipe Flaminio Carrillo con Petunia Petardo, esta vez los micrófonos de NCH pudieron captar todo lo que se dijo y no se dijo en torno a la despedida de soltero del príncipe. Entérate de cada detalle de esta canita echada al aire por parte del futuro heredero del trono.
Este fin de semana la gran pregunta que todos se hacían era acerca de la despedida de soltero del príncipe Flaminio. Poco ha transcendido del asunto, tal y como era deseo del protagonista: el prometido celebró la fiesta en un lugar secreto junto a unos veinte amigos.
La despedida fue organizada por el festivo hermano y padrino del futuro heredero, el príncipe Paloncho, que planeó en un principio una fiesta en el Bar el Balcón, enlace de la Av. 2 con Viaducto Campoelias, pero en vista que el local cerró sus puertas para siempre, decidieron arrancar la jornada en el popular Bar El Hueco “ambiente familiar”, debajo del Viaducto, donde se deleitaron hasta bien entrada la noche jugando a las bolas criollas, dominó y remataron con una buena partida de ajilei.
Al terminar su toque técnico en Bar el Hueco, el grupo de juerguistas decidieron cambiar el tercio y dirigieron sus pasos metros más abajo en La Concordia, donde se dieron un banquete gastronómico al degustar deliciosas pepitonas enlatadas en salsa picante, inteligentemente acompañadas con galletas de soda, unos verdaderos bon vivant los traviesos chicos.
En vista que ya era tarde y nada alrededor estaba abierto, Wilmer Muñeco, amigo inseparable del Príncipe Flaminio, nombró una comisión que fue hasta el prestigioso local “Le Cauché” o el Caucho, como también se le conoce en español, ahí los muchachos hicieron una buena inversión al adquirir varios frascos de bebidas espirituosas, todas acompañadas para ser mezcladas con frigurt o koolaid.
Al terminar la noche, los que aún permanecían en pie, decidieron rematar la jornada regalándole al Príncipe Flaminio una cita a ciegas con Matrusca Capacho, la popular “Mar si fondo” que habita en las colinas de San Juán. Tal parece que al Príncipe Flaminio le encantó conocer a Matrusca, ya que duró varias horas despidiéndose de la chacha.