DE MENDIGO A MILLONARIO

CAP V




Y pasaron los días… Pasaron las semanas… Pasaron los meses… Y pasaron cinco años…

Estamos en el tiempo actual, es noviembre del año 2010. Como recordarán la última vez que supimos del par de hermanitos gemelos, raza pastor alemán, Yorsua partía en un vuelo de primera clase rumbo a Italia, se iba de vacaciones junto a sus nuevos dueños y su mayor preocupación era la de decidir que tipo de banquete seleccionaría para el almuerzo de hoy, muy contraria era la situación del pobre Pelusa, quien a esa misma hora huía por su vida de las garras de aquel horrendo chino que lo quería regalar como se regalan unas chuletas ahumadas o un jamón planchado.

Pero recuerden que ya pasaron cinco largos años, asumimos que ya este par de perritos no son ningunos cachorros, según el reloj biológico de un perro, cada año humano equivale a siete años de vida canina, esto quiere decir que si pasaron cinco años, Yorsua y Pelusa tienen 35 años de los nuestros, o sea, ya son un par de hombres maduros, los propios tipos ¿Pero que estarán haciendo ahora con sus vidas? ¿Dónde se habrán metido?... Vamos averiguarlo.

Yorsua Molto von Berger Swahsteiger Primero, mejor conocido como Yorsua, lleva una vida verdaderamente aristocrática, no le ha ido para nada mal. Se levanta todos los días a las diez de la mañana, desayuna a la carta y luego se instala a ver su canal favorito de televisión hasta el medio día, antes de tomar el almuerzo, se baña en su propia piscina y luego vuelve a comer a la carta, en la tarde siempre hay un empleado que le saca a pasear al parque, luego vuelve a la casa a esperar que lleguen sus amos del trabajo para batirles la colita, juega un rato con ellos y llega la hora de la cena, después de comer vuelve al cuarto de TV y se acuesta a dormir hasta el otro día.

Como verán, Yorsua es un perro con mucha suerte aparentemente, su estilo de vida sería la envidia de cualquier otro perro, no le falta nada y se siente muy cómodo con ser como es.

Sssshhhh…. Silencio por favor… A esta hora encontramos a Yorsua olfateando a un pequeño intruso que se ha metido al jardín de la mansión, se trata de un sapo y Yorsua se ha acercado para certificar de qué se trata.

YORSUA: “Oh por Dios… Que clase de animalito eres… ¿Por qué tienes esos ojos tan saltones? Y ¿Qué son esas verrugas en tu cuerpo?... Ya va… Déjame olerte mejor

En ese preciso instante, haciendo uso de su mecanismo de defensa, el sapo soltó un chorro de leche directamente a los ojos de Yorsua.

YORSUA: “Aaaaaaggggg… Pero que me hiciste animal asqueroso… Me arden los ojos… No soporto… Auxilioooooo… Quedé ciego… Y ahora como voy hacer para ir al Country con los ojos vendados… Que irán a decir mis amistades

Y corriendo del desespero, Yorsua entraba chillando a la casa para solicitar ayuda de cualquiera de sus sirvientes.

Vamos a dejar por un momento a Yorsua y vayamos al otro lado de la ciudad, este es el lado más pobre de la ciudad, la vida se abre paso a los trancazos como puede y sus habitantes tratan de seguir adelante. Casualmente vemos en aquella esquina a un bonito ejemplar de pastor alemán, se parece mucho a Yorsua por cierto ¿Será posible?... ¿Podrán haber tantas casualidades en este mundo?... No… No creo.

Salgamos de dudas y acerquemos nuestros micrófonos hasta donde se encuentra el susodicho. Efectivamente es un pastor alemán, está bastante sucio aunque conserva su fina estampa de perro pura raza, está parado frente a la carnicería de Cheo Virolo y no retira la mirada de una cadena de chorizos de ajo que cuelga en uno de los mostradores. Cheo Virolo es un carnicero colombiano muy buena gente, de vez en cuando toma las sobras de la carnicería y las repare entre los perros de la cuadra, hoy trae en sus manos una bandeja llena de buenos pellejos.

CHEO VIROLO: “Oigan… Oigan… Vea pues… Vengan para acá… Aquí está la comida

Ahí se veía una jauría de perros cacri hambrientos, entre estos estaba el pastor alemán que les mencionamos hace un momento… Pero ya va… ¿Qué es esto?... Mientras los demás perros se acercan a comer los pellejos que sirve Cheo Virolo, el pastor alemán se separa del grupo y aprovecha el descuido del dueño de la carnicería, para de un salto, arrancar la cadena de chorizos de ajo y salir corriendo.

CHEO VIROLO: “Epa… Oiga… Perro sarnoso… Venga acá… Zagaletón… Uyssshhhh… Juelagran…

Ahí iba el perro malandro huyendo con una cadena de chorizos en su trompa, mientras corría pensaba.

PELUSA: “Uuuuuuuffff…. Que cerca estuvo… Casi me atrapa el colombiano ese… Ojalá y los muchachos se apuren para compartir el botín… Por lo menos hicieron bien el trabajo de distraer al carnicero

Esa voz… Esa pinta… Esas orejas… Sin duda alguna a quien tenemos enfrente es nada más y nada menos que Pelusa.

Pelusa estaba hecho todo un hombre, en este caso, todo un perro adulto, había logrado salvarse de aquel chino que lo quería servir al ajillo. Ahora era el líder de una banda de perros cacris que azotaban la ciudad, ahí lo vemos huyendo y preparándose para la jornada de hoy.