CAP XXIX
EL CAPITULO DE HOY SE TITULA: “CON REAL Y MEDIO, CON REAL Y MEDIO COMPRE UNA PAVA… LA PAVA TUVO UN PAVITO… TENGO LA PAVA, TENGO EL PAVITO Y SIEMPRE ME QUEDA MI REAL Y MEDIO”
Ahí parada frente a Anthony Colina se encuentra Macnolia Igüaran, la delicada muchacha de origen neogranadino que se ha soltado a cantar como Pavarotti, esta si no hizo lo del gordo Mackled, que dijo que iba a cantar como un ruiseñor y después arrugó… o como se dice en criollo, mató el tigre y le tuvo miedo al cuero. Sentada en la sala de la casa de Anthony, Macnolia sigue exponiendo con detalles todo tipo de información sobre el maléfico doctor Archibald Galeno, mejor conocido como el doctor Archi.
MACNOLIA: “Uyyyy si sardinito… A usted lo que le montaron fue tremenda trampa… Yo sinceramente le digo que estoy colaborando en soltar la lengua porque me dio demasiado sentimiento verlo sufrir por esa muchacha que volvió loco al doctor Archi… ¿Cómo es que se llama?... Ahhhh si… La tal Candy Candy”
ANTHONY: “Se lo agradezco de corazón señora MacNuguets… Pero dígame… ¿Cómo es eso que el doctor Archi se volvió loco por mi Candy Candy”
MACNOLIA: “¿Y es que no le basta con ver todo lo que le hizo?... Ese tipo nos contrató la noche de la fiesta en la hacienda como nos ha contratado cada vez que se quiere fregar en alguien… Si no lo notaron en las bebidas él les metió unos sedantes muy poderosos… recuérdense que el es médico y sabe de todas esa sustancias y tiene acceso a ellas”
ANTHONY: “Con razón ese burro que me dio de repente la noche de la fiesta… Pero igual yo metí la pata hasta el fondo cuando hice todo lo que hice con usted señora MacCombo”
MACNOLIA: “Nuuuu… Pero que inocente es usted papito… Entre nosotros no pasó nada… Usted se quedó más dormido que Toñito la vez que amaneció en el parque Tibisay… Yo lo que hice fue arroparlo para que no le diera frío”
ANTHONY: “Pe, pero… ¿Y las fotos?... ¿Esas fotos que le llegaron a Candy Candy de nosotros dos haciendo cosas?”
MACNOLIA: “Nuuuu… Pero que inocente es usted papito… Esas se las tomamos mientras usted roncaba como un oso… El doctor Archi le puso unos lentes de la casa del truco que tienen unos ojos dibujados… Por eso es que se le ve esa cara de sádico”
ANTHONY: “Con razón… Como vine a caer en tan bajo plan… Ahora una pregunta… ¿Cómo es eso que el doctor Archi ya las había contratado antes para hacer este tipo de artimañas?”
MACNOLIA: “Pues si… Me da pena admitirlo… Pero es que ese man tiene demasiada plata y paga muy bien… Pero ya me voy a dejar de eso… Mire sardinito… Tenga cuidado con ese doctor… Es más peligroso que tetero piche… Él acostumbra a enamorarse de muchachas bonitas como su novia… Las lleva a la playa… Se compromete y luego que les dan sus mejores años nadie sabe a ciencia cierta que les pasa… Las muchachas desaparecen… No se le vuelve a ver por ninguna parte… Por eso le digo que tenga mucho cuidado”
ANTHONY: “Oh no… Y precisamente ya se la llevó para la playa… Que terrible todo esto… Ojalá y Candy Candy ya se haya dado cuenta de la clase de loco con el que anda… Estoy seguro que ella no se va a dejar a enredar por ese maniático… Estoy seguro que ya a esta hora debe estarlo rechazando”
Que angustia, debemos admitir que hasta nosotros estamos sumamente preocupados por los peligros inminentes que pudiese estar corriendo la pobre Candy Candy. Vamos a trasladar nuestra atención hasta la isla de Coche, donde justo en este instante se encuentra la protagonista de esta historia… Veamos si ya se dio cuenta y procede a huir o por lo menos denuncia al doctor Archi ante las autoridades
CANDY CANDY: “Auxilio… Noooo… Auxilio… Ahhhh jajajajajajaja… En esa parte me da demasiadas cosquillas… Auxilio… Jajajajajajaja”
ARCHI: “¿Dónde?... ¿Eres sensible en esta parte?... Ahhhh bueno… Entonces te voy a torturar poniéndote más bronceador aquiiiii… jajajajajajajaja”
Debemos informar que esta es la realidad de lo que sucede en Isla de Coche a esta hora de la mañana… Tumbados en la arena de una solitaria playa paradisiaca se encuentra Candy Candy recibiendo relajantes masajes del doctor Archi… No la vemos rechazando nada ni a nadie, no está huyendo ni denunciando ante ningunas autoridades… Todo lo contrario… Disfruta de lo lindo de cada segundo que pasa junto a su acompañante.
CANDY CANDY: Gracias Doctor Archi… Vos no imaginás la falta que me hacía pasar unos días diferentes como los que he venido a disfrutar… Lástima que tengamos que regresarnos mañana mismo… Justo cuando estaba empezando a aclimatarme”
ARCHI: “Noooo… Pero quien dijo que debíamos regresarnos tan pronto… Si deseas quedarte un poquito más te propongo que nos quedemos una semanita… ¿Te parece?... Así te puedo llevar a todos los parque de diversiones, las montañas rusas, toboganes… ¿Te gustaría?”
CANDY CANDY: “Por supuesto que me gustaría… La única vez que he estado en algo parecido a un parque de diversiones fue cuando trajeron La Mujer Gigante y la dejaron como 3 años en Festejos Lurdes… De resto nada… Gracias Archi… Oh, perdón… Doctor Archi, por darme este magnífico regalo”
Y dándole un sorbo al vaso gigante de cocada que disfrutaba en ese momento, Candy Candy se acostaba boca abajo para broncear su espectacular espalda y un poquito más abajo, mientras tanto el Doctor Archibald Galeno, mejor conocido como el Doctor Archi celebraba que todo le estaba saliendo a la perfección.
Bueno ya, demasiada playa, volvamos a la ciudad, volvamos a casa de Anthony Colina, el muchacho se está vistiendo y se prepara para salir, justo en ese instante es interceptado por su señora madre.
MAMA: “Anthony… Hijo… ¿Qué haces?... ¿Para donde vas vestido de esa manera?... Todo de negro… Pareces un mesonero de la Parada Bar cuando no tenían plata para uniformes”
ANTHONY: “Tranquila mami… No te preocupes… Ya vengo… Voy hacer unas pequeñas investigaciones en la Clínica El Prurito del doctor Archibald Galeno, mejor conocido como el doctor Archi”