CAP XL
EL CAPITULO DE HOY SE TITULA: “EL TELEFONITO ES… UNA NECESIDAD… LLAMADA TRAS LLAMADA Y BLA BLA BLA BLA BLA”
Oh no Dios mío… Hace pocos minutos que el doctor Archi abandonó la habitación de Anthony no sin antes haberle tirado la pildorita de Mac Claud sobre su verdadera situación clínica. Como ya escucharon Anthony no tiene nada, está inconsciente e inmovilizado debido a un coctel de anestésicos y barbitúricos que le suministró el pérfido doctor Archi para hacer creer que se está muriendo y de esta manera sustraer todos sus órganos para venderlos en el mercado negro.
Ya en la soledad de aquella fría habitación de hospital, Anthony piensa, reflexiona sobre lo que acababa de escuchar y sobre todo analiza como podría hacer para escapar de aquella terrible situación en la que está metido.
Vamos a usar nuestro estetoscopio especial para escuchar pensamientos de pacientes comatosos de novelas y sepamos de una buena vez por todas qué pasa por la mente del muchacho.
ATHONY: “Buuuuaaaa… Buuuuaaaa… Buuuuaaaa… Buuuuaaaa… Buuuuaaaa… Snif, snif, snif”
Bueno… Sinceramente es una situación muy triste en la que se encuentra el pobre Anthony, más tieso que la defensa del Deportivo Táchira y sin capacidad de reaccionar siquiera para pedir auxilio.
La que si no está tiesa para nada es la señorita Candice White, mejor conocida como Candy Candy, quien a esta hora se encuentra cenando en un excéntrico restaurant de lujo en medio del frío páramo junto a su nuevo novio el doctor Archi.
ARCHI: “Mi querida, hermosa, adorable y entrañable Candy Candy… Quiero brindar por ti… Por lo que representas para mí… Por haberte convertido en la mujer que siempre había estado buscando… Quiero brindar por nuestro futuro y por que siempre podamos apostar por un futuro mej…. ¿Qué pasa Candy Candy?... ¿Acaso dije algo que te hizo sentir mal?... ¿Por qué pusiste esa cara?”
CANDY CANDY: “Nada Archi… Perdonáme… Pero es que… Snif, snif, snif… Mencionaste la palabra apuesta y me es inevitable pensar en él… En Anthony”
ARCHI: “Cof, cof, cof… Cierto mi cielo… Mi error… Discúlpame… Mi querida, hermosa, adorable y entrañable Candy Candy… Quiero brindar por ti… Por lo que representas para mí… Por haberte convertido en la mujer que siempre había estado buscando… Quiero brindar por nuestro futuro y por nunca existan puntos ni comas en nuestra relaci…. ¿Qué pasa Candy Candy?... ¿Acaso dije algo que te hizo sentir mal?... ¿Por qué pusiste esa cara?”
CANDY CANDY: “Lo siento mucho Archi… Pero es que ahora has dicho la palabra coma y bueno… Snif, snif, snif… Pues vos me entendés… Me es inevitable pensar en él… En Anthony”
ARCHI: “A pues señor… Pero hasta cuando mijita… Anthony por aquí, Anthony por allá… Ya está bueno… ¿No te basta con saber que ese tipo está postrado en una cama más inútil que unas primarias en el PSUV?… Ya sácamelo… ¿O es que vamos a vivir para siempre con la imagen de ese mamarracho entre nosotros dos?... ¿Ah?... Dime… ¡Diiiimeeeeeeeeee!!!”
CANDY CANDY: “Archi… Me sorprende que reacciones de esa manera… Anthony es solo un ex novio con el que aspiraba mantener una buena amistad… Incluso él te consideraba a ti un buen amigo… Te veía como una especie de mentor… Pero ya veo que no es recíproco el sentimiento… Aparte de todo me gritás como si fuera un perrito faldero… Te ruego que pro favor me lleves a mi casa… Esta cena ha terminado”
ARCHI: “Pero Candy Candy… Mi cielo… Yo solo quería……..”
CANDY CANDY: “¡Qué me lleves a mi caaaasaaaaa!!!!... No quiero saber nada de vos por esta noche ¿Ok?... Así te das cuenta que yo también se gritar”
ARCHI: “Bueno pero no te enojes”
Un par de horas más tarde el doctor Archie dejaba en su casa a la linda Candy Candy, cuando intentó acercarse para darle un beso de despedida, solo se puedo encontrar con una dura y fría puerta que le cerraron en sus narices.
CANDY CANDY: “Pero qué se habrá creído el viejo pelotudo este… Venirme a gritar de esa manera… Yo seré flaca y tendré pinta de boba, pero a mi nadie me grita”
Justo en ese instante le suena el teléfono a Candy Candy ¿Quién podrá ser? Vamos averiguarlo de inmediato.
CANDY CANDY: ¿Hola?... ¿Quién habla?”
CHARLES: “Aló Candy Candy… Soy yo, Charles Vergara”
CANDY CANDY: “Charles… ¿Cómo andás querido?... ¿Qué sucede?”
CHARLES: “Nada del otro mundo Candy Candy… Es solo que se me ocurrió algo que le podríamos hacer a nuestro Anthony… Snif, snif, snif… Como recordarás, a parte de ser un gran músico, Anthony también era un buen deportista… Es por eso que le estamos recogiendo todas esas cosas que lo identifican y lo representan como él era antes de convertirse en un vegetal de plástico… Entre esas cosas están sus guayos, los cuales quedaron en su morral cuando tuvo el accidente… Estuve averiguando y el morral lo tienen en la clínica… ¿Sera posible que lo busques para rendirle ese merecido homenaje antes de su partida definitiva?”
CANDY CANDY: “Contá conmigo Charles… Mañana mismo voy a la clínica a buscar esos guayos… En un momento tan difícil como este, cualquier homenaje que le rendíamos a Anthony nunca estará demás”