CAP XLII
EL CAPITULO DE HOY SE TITULA: “TIGRE NO COME TIGRE… Y PAN CON PAN ES COMIDA DE LOCOS”
Ya el maquiavélico doctor Archibald Galeno, mejor conocido como el doctor Archi, se encuentra reunido en el salón de conferencias de la lujosa Clínica el Prurito con el grupo de médicos, enfermeras y anestesiólogos que participarán mañana en la delicada intervención quirúrgica para sustraerle los órganos al paciente Anthony Colina, que está en un supuesto estado de coma.
ARCHI: “Muy bien queridos colegas y amigos… Las indicaciones son sencillas… La operación de mañana es un simple procedimiento tipo zamuro… En pocas palabras lo que hay que hacer es sacarle todos los órganos a ese paciente moribundo y ponerlos en cavas Coleman con bastante hielo… Luego lo rellenamos de algodón y papel periódico para que la funeraria haga el resto… Si no hay más preguntas entonces nos vemos mañana en el quirófano para proceder”
La doctora Eva Rothenmayer, residente 3 de Neurocirugía, levantó la mano para intervenir.
DRA ROTHENMAYER: “Disculpe que le interrumpa doctor Archi… ¿Pero estamos seguros que ya el paciente en cuestión no tiene ningún tipo de posibilidades de sobrevivencia?... O en pocas palabras… ¿Estamos seguros que ese paciente de verdad ya está listo para la parrilla?... Lo pregunto para no cometer un grave error al sustraerle sus órganos y quitarle la chance de vivir”
ARCHI: “Ahhhh… Siempre sale un preguntón de asomado… ¿Doctora Rothenmayer cierto?... ¿Usted es la famosa doctora alemana que está de intercambio en nuestra clínica verdad?”
DRA ROTHENMAYER: “Ja doctor… Esa misma ser yo”
ARCHI: “¿Y es que acaso nosotros aquí, en nuestro país, la hemos tratado mal doctora?”
DRA ROTHENMAYER: “Nein doctor… En lo absoluto… Ustedes han sido muy buena gente conmigo”
ARCHI: “Entonces ¿Por qué hace preguntas tan estúpidas?... ¿Es que en Alemania no saben que siempre se hace lo que el jefe dice y que el jefe siempre tiene la razón?”
DRA ROTHENMAYER: “Pero doctor… No quería ofenderle… Es sol que…..”
ARCHI: “Es solo que NADAAAA… Aquí en MI clínica se hace lo que yo digo… Por eso es MI clínica… Así que me obedecen… Y al que no le guste se larga… Es más chico… A partir de este momento me empiezan a llamar Comandante Presidente ¿Ok?”
DRA ROTHENMAYER: “Heil Hitler… Lo que usted ordene Comandante Presidente”
Esa era la situación en la sala de reuniones de la prestigiosa Clínica el Prurito, pero que tal si desviamos nuestra atención un momento hacia la unidad de cuidados intensivos, en la habitación 3 se encuentra inmovilizado nuestro pobre Anthony Colina. Vamos a usar nuestro estetoscopio especial para escuchar pensamientos de pacientes comatosos de novelas y sepamos de una buena vez por todas qué pasa por la mente del muchacho.
ANTHONY: “Cónchale Diosito… Ahora si que le cayó miel al abanico… Heme aquí… Tieso como un pan francés de bodega y sin poder hacer nada… Mañana me van abrir como a un pavo en navidad y me van a sacar todos mis lindos organitos… Snif, snif, snif… Que chimo vale… Y tantas cosas que quería hacer en mi vida… Me voy a quedar con la duda de si por fin el Estudiantes logrará su tercera estrella… Y no voy a ver si Iris Varela soluciona el problema de las cárceles… ¿Por qué Dios mío, por qué?... ¿Qué hice yo para merecer esto?... ¿Y Candy Candy?... ¿Qué estará haciendo mi flaca bella?”
Pobre Anthony, está más asustado que el maleta del Franklin Lucena el día que botó el penalti frente a Paraguay, pero que tal si respondemos a su pregunta y vamos de inmediato a ver que está haciendo a esta hora su ex novia Candy Candy. En el hogar de la Señorita Pony la linda flaca sigue conversando con su propietaria, nos referimos a la dulce viejita Pony Micaela Contreras.
CANDY CANDY: “Señorita Pony, disculpe la molestia… ¿Pero será que me puede prestar la computadora?... Necesito revisar que hay en este pen drive”
PONY: “No creo que tengas que averiguar mucho mijita… Si ese pen drive es del zagaletón que tenías por novio, seguramente está lleno de los mismos correos cochinos que Jairo Duarte le envía a todos sus contactos”
CANDY CANDY: “Seguro que es así Señorita Pony… Pero quisiera salir de dudas sobre unas fotos que nos tomamos cuando éramos novios y snif, snif, snif… Quisiera guardarlas de recuerdo… Vos me entendés”
Una vez más se soltaba a llorar Candy Candy, como lo hacía cada vez que recordaba a su eterno amor secreto Anthony. Después de acceder a su petición, la señorita Pony le prestaba su computador a la bella Candy Candy.
CANDY CANDY: “Veamos que contiene este pen drive que tenía mi Anthony en su morral… A ver… Aquí hay varias carpetas… Esta es “Notas de Bachillerato”… Esta otra es de “Música”… Esta dice “Los Secretos de Isaías y el caso Danilo Anderson”… A ver… Tenía razón la Señorita Pony, aquí hay una que dice “Jairo Duarte Material Didáctico”… Uhhmmm… ¿Esta de qué será?... Dice “Clínica el Prurito”… Que raro… ¿Por qué Anthony tiene información aquí de la clínica de Archi?... Voy abrirla… Ahhhhhh… Por los pelos de Cerati… ¿Qué significa todo esto?... No puede ser… No, no, nooooooooo……”